domingo, abril 07, 2013

Ven, siéntate, tengo una historia que contarte donde no hay dragones ni castillos, ni princesas salvadas por hadas madrinas y mucho menos príncipes y unicornios; es una cuento que quizás no tenga un final feliz pero capas lo podemos cambiar. Ven, escúchame... Hace mucho tiempo nació una pequeña niña en un lugar lejano, donde no la querían; alguien la rescató y le enseño a sonreír pero su sonrisa le duró lo que a Cenicienta el hechizo. Por muchos años brujxs de distintos lugares venían para torturar a la pequeña niña hasta que un día ella creció y creyó que podría luchar contra todos sus atormentadores y así lo hizo, peleo por un largo tiempo hasta que sus demonios desaparecieron. Su sonrisa desbordaba y soñó con un mundo lleno de criaturas mágicas, pero otra vez se equivocó. Creyó en el amor, en el amor para toda la vida... Pobre de ella, tan idiota. Fue pisoteada una vez mas, sus demonios volvieron pero en una forma mucho más fuerte, ella solo podía llorar y esperar a que alguien la rescate. Y un día, su héroe llegó. Éste no portaba armadura, ni tenía un caballo, era un hombre normal de carne y hueso pero con mucho para darle. Ella fue liberada y una vez mas soñó, aunque esta vez sin sonreír ya que cada vez que lo hacía algo malo le pasaba. Ahora está esperando el momento apropiado y solo su héroe le podrá enseñar a sonreír como en realidad tiene que hacerlo. Ella aún espera su final de cuentos...

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